En cartelería política hay unas constantes que pocas veces se incumplen. Una de ellas es el lema de campaña, otra la figura del candidato para que nadie dude y otra es el logotipo bien claro.
A veces el logotipo es también el color que identifica a un partido, muchas veces la figura del candidato se quiere transmitir con algún mensaje subliminal como puede ser la seriedad, la capacidad, la edad, incluso la belleza o la sonrisa.
Es verdad que todas las maneras posibles se van agotando, y aunque se buscan nuevas maneras de comunicar, de ofrecer cercanía y capacidad, no siempre es fácil, y no siempre se realizan correctamente.
Este cartel de Gaspar Llamazares en un cartel es del año 2008, con un mal resultado para IU.