17.11.17

La moneda con la que no se puede comprar patatas

Ya sé que a la mayoría de vosotros esta moneda os suena a chino. Peor a vuestros padres y/o abuelos no. A los mayores de 60 años les suena a una moneda que ya se utilizaba muy poco, pero que se llevaba en los bolsillos. Los cinco céntimos de peseta, un minúsculo valor casi del tamaño de los 20 céntimos de euro actuales.

Si un kilo actual de patatas cuesta un euro, con esta moneda podrías comprar hoy más o menos como una lenteja de patata. Poca cosa, vive dios. Vale mucho más como metal. Se fabricaron en aluminio y pesan 1,2 gramos. Cuatro veces más que la patata que se puede comprar hoy con ella. Se fabricaron entre los años 1940 y 1953, aunque se utilizaron durante más años.

13.11.17

Marcapáginas de la biblioteca de New York

Los marcapáginas o puntos de lectura son esos pequeños impresos en cartoncito, mejor o peor diseñados, algunos auténticas maravillas, que son coleccionados por algunas personas como elementos de recuerdo.

Este es el que se puede recoger en la Biblioteca Pública de New York. Y lleva un par de frases muy acordes con el lugar.

“Construir un mundo mejor a través de la lectura”

“Lee 20 minutos al día”

En esta caso y apreciando la diversidad del idioma en New York, en cada cara del punto de lectura se ha impreso en un idioma diferente, castellano o inglés.

12.11.17

Plano de bolsillo del Metro de Madrid

Uno de los impresos que más variables tiene para su contenido casi siempre fijo, es el mapa plano de bolsillo del Metro de Madrid. Cada año sacan varias ediciones que no son meras reimpresiones por agotamiento, sino que cambian las portadas, algunos anuncios del interior que deben ser los que sufragan los costes y ajustan la información, siempre muy detallada y eficaz.

Sin duda merecerían como poco un aplauso por su calidad y facilidad de uso.

Impresión metálica. Tapón de tónica

En los últimos años han crecido como setas la tónicas premium como si ese adjetivo fuera ya suficiente para darle más calidad a un buen gin tonic. Así que aguas tónica sin nombre conocido se disfrazan de botellas bonitas, se colorean un poco, se les pone etiquetas de diseño y con eso aparentan ser más.

La Schweppes la Fever-Tree y la española The Original Tonic serían las tres má recomendables en la actualidad, sin desdeñar a otras.

Un tapón de botella es una impresión metálica en chapa plana que luego en máquina se la da forma. Una tónica de diseño debe tener un tapón de diseño. Así que os dejo el de The Original Tonic, minimalista y que encaja muy bien con su etiqueta.

11.11.17

Mensajes de galletitas chinas

La última vez que me dieron galletitas chinas de postre fue en un restaurante de barrio en New York. Un lugar maravillosamente barato y con un trato exquisito, donde era imposible no sentirte cliente bien atendido.


En mis dos semanas largas fuimos tres veces a comer, y guardo dos de los mensajes que aquella galletitas de postre con el té, cortesía de la casa, nos ofrecieron para soñar.


Lo más importante es no dejar nunca de cuestionarse todo.

¿Cuál es el significado de la vida? ¿Una buena comida? ¿O un buen espíritu?



10.11.17

Las normas están para…, están

Las indicaciones brutas, simples, sencillas…, siempre me han llamado la atención. Hay que hacerlas, pero a veces con un icono o un pictograma podría servir.

"Este lado hacia abajo"

Es como poco simpático. Estoy seguro que más de uno habrá hecho todo lo contrario, para ver qué sucedía. Las normas están para…, bueno, están.

7.11.17

Entrada al Foro, Palatino y Coliseo de Roma

Esta entrada es del año 2008, ya hace unos cuantos años de aquella visita, sí. Fue un fin de semana largo muy bien aprovechado y muy bien comido. Esta es la entrada al Foro de Roma, al Palatino y al Coliseo, que por 12 euros te permitía poder ver en dos días lo más importante de la Roma romana, de aquellos monumentos que tantas veces habíamos visto en postales o en la pequeña pantalla. Muy recomendable, sin duda. Incluso muy recomendable volver y disfrutar de la pasta, de las pizzas, de sus esculturas, de sus cafés, y de los altos precios de sus bares.

6.11.17

MetroCard de New York para metro y autobús

Dos clásicos billetes MetroCard del metro y bus de la ciudad de New York. El verde es similar al amarillo, depende del lugar de adquisición y en ambos casos son para poderlos recargar y que se compran para una semana o un mes y poder ser usados cuantas veces los necesites en esos 7 días. Muy cómodos de utilizar tanto para Metro como para autobús urbano. Eso sí, si te sales bastante de la zona de Manhattan hay que consultar el mapa de los servicios, pues podrías necesitar otro tipo de tarjetas más caras que las básicas.

Por cierto, un detalle para los turistas como yo. En New York los viajeros van rápidos, y el pase de estos billetes por el lector tiene que ser rápido. Si pasas los billetes de forma suave te daré error. Sin miedo, rápido, con decisión. Con la banda magnética mirándonos a nosotros.

Folleto del MoMA de New York

A los fanáticos del Arte Contemporáneo, incluso del Arte Distinto, el MoMA es un referente mental. Ir al MoMA es como ir a la Capilla Sixtina y soñar. Luego una vez que ya estás dentro, ves que lo hemos sobrevalorado, que el Reina Sofía de Madrid está a la altura, cuando no mejor. Y no quiero señalar otra media docena repartidos por Europa, donde se disfruta más y mejor del Arte.

Pero a lo que vamos aquí, os dejo el folleto de la entrada, en castellano, claro, con la guía de las 8 plantas. ¿Os parecen muchas? Nada, es mentira siendo verdad. Son ocho plantas, pero la buena es la quinta. Subir primero a la quinta si entráis nada más abrir, y luego ver las demás, para evitar aglomeraciones excesivas, que aun así no siempre se logra.

Licor 43, para las horas felices

El Licor 43, el que tiene 43 diferentes componentes hasta lograr ese licor de hierbas, agradable y ligero, algo empalagoso pero simpático, gozó de mejores años que los actuales. Este anuncio es del año 1964, cuando se decía que era el mejor licor de todos los tiempos, en España claro. Un licor murciano para tomar solo o con hielo, antes de encontrarle las formas de maridar con otros añadidos. Un licor para las horas felices, que curiosamente para los excépticos se vende en 70 países.